RELACIÓN DE LA BIOQUÍMICA URINARIA DE 24 H Y EL TIPO DE INCRUSTACIÓN DE LOS CATÉTERES DOBLE J EN PACIENTES LITIÁSICOS
Institución:Hospital Universitario Son Espases (Palma)
Tipo de presentación:Comunicación oral
Bauzà Quetglas, JL
Guimerà García, J
Martínez Moreno, A
Tienza Fernández, A
Peraire Lores, M
Aizpiri Antoñana, L
Grases Freixedas, F
Pieras Ayala, E
INTRODUCCIÓN: Los catéteres doble J son una de las herramientas más versátiles y más utilizadas en Urología, debido a su amplio número de indicaciones. Sin embargo, su uso puede presentar algunos inconvenientes como la incrustación que puede dar lugar a otras complicaciones más graves como la obstrucción crónica y la pérdida de la unidad renal. Nuestro objetivo fue estudiar la relación entre el tipo de incrustación y las alteraciones de la bioquímica urinaria de 24 h.
MATERIAL Y MÉTODOS: Se estudiaron prospectivamente a pacientes litiásicos que requirieron la colocación de un catéter doble J. Se recogieron sus características demográficas, el tiempo de permanencia, los análisis bioquímicos y cristalográficos de las incrustaciones, así como el de los cálculos previos en caso de existir. Además, se realizó una bioquímica urinaria de 24 h a todos los pacientes durante el tiempo de permanencia. Un valor de p < 0,05 se consideró estadísticamente significativo.
RESULTADOS: De los 90 catéteres estudiados, el 70% presentó algún tipo de incrustación. El tiempo de permanencia medio fue de 89,73 (+/- 135,04) días. El tipo de depósito más frecuente fue el oxalato cálcico, que predominó en los grupos con un grado de incrustación bajo y medio (63,3% y 80% respectivamente, p<0,05), mientras que los fosfatos infecciosos fueron la composición mayoritaria en el grupo con un alto grado de incrustación (43,8%, p<0,05). La concordancia entre las incrustaciones de los catéteres doble J y la composición de los cálculos previos fue de 87,5% (p= 0,01). Los pacientes con incrustaciones de ácido úrico presentaron un menor pH y una mayor uricosuria en comparación con los pacientes con otros tipos de incrustación (p< 0,05). Al comparar a los pacientes sin incrustaciones con los que sí las presentaban agrupados según el tipo de incrustación observamos que los pacientes con incrustaciones de oxalato cálcico tenían mayor fosfaturia y citraturia, los de ácido úrico tenían menor diuresis y mayor uricosuria, y los pacientes con incrustaciones de fosfatos presentaban un mayor pH y una menor oxaluria (p< 0,05).
CONCLUSIONES: Las diferencias en el pH, así como la concentración de otras sustancias influye en el tipo de incrustación formado. Existe una elevada concordancia entre el tipo de incrustación y la composición de los cálculos previos.